Las hemorroides son una problemática tremendamente frecuente. Sin embargo, la prevalencia exacta se desconoce porque la mayoría de los pacientes son asintomáticos y no acuden a un profesional sanitario.
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¿Por qué se producen las hemorroides?
La causa de las hemorroides es una alteración del drenaje venoso del ano, lo que origina una dilatación de los vasos y de la mucosa rectal.
Las hemorroides son más frecuentes en personas de 45 a 65 años.
La causa exacta no es conocida al completo, pero se sabe que existe relación con aquellos fenómenos que produzcan un aumento de la presión en el plexo venoso hemorroidal. Algunos de estos factores asociados son:
Presión ejercida en un proceso de estreñimiento.
Obesidad.
Embarazo.
Diarrea crónica.
Cirugía anal.
Cirrosis con ascitis.
Disfunción del suelo pélvico.
Dieta baja en fibra.
Síntomas de las hemorroides
El síntoma principal de las hemorroides es la rectorragia, que se manifiesta por un sangrado con las heces. Dicho sangrado adquiere una tonalidad roja viva.
Las hemorroides de forma habitual son indoloras, y es en el momento que ven aumentadas su tamaño cuando pueden llegar a doler.
Las hemorroides más avanzadas pueden llegar a prolapsar (asomar por el ano) y originar otros síntomas más diversos.
Tipos y grados de hemorroides
De forma clásica distinguimos 4 grados de las hemorroides, basado en su tamaño y su prolapso. Esta clasificación será importante porque guiará el tratamiento.
El grado 1 Hace referencia a la hemorroides internas. En estas, la persona puede referir sangrado indoloro.
Grado 2 hace referencia a un crecimiento asintomático de la mucosa anal por el plexo venoso subyacente.
Grado 3 ya indica prolapso de las hemorroides, es decir, su salida al exterior, pero que pueden ser reducidas (reintroducido) de forma manual. Estas ya pueden provocar otros síntomas como picor.
Grado 4 de hemorroides indica aquel prolapso hemorroidal que no puede ser reducido.
Tratamiento de las hemorroides
La primera línea de tratamiento de las hemorroides consiste en una dieta alta en fibra, con una cantidad de 25 a 35 gramos al día. Pueden incluirse suplementos de fibra.
Asimismo, en cuanto al tratamiento iniciar también está indicada el aumento de ingesta de agua, los baños de agua templada-cálida y distintas sustancias para ablandar las heces y así facilitar su eliminación.
Los suplementos de fibra reducen el sangrado de las hemorroides hasta en un 50% y mejoran los síntomas generales. Los baños con agua templada reducen el dolor de forma temporal.
Destacar que dichos baños con agua deben ser de temperatura cálida, y no con agua fría como puede pensarse normalmente.
Tratamiento farmacológico de las hemorroides
Tras haber citado las principales terapias de primera línea, cabe nombrar que existen ciertos medicamentos que igualmente se han probado ser útiles para el manejo de las hemorroides.
La nitroglicerina tópica reduce el dolor rectal causado por las hemorroides trombosadas, aunque es más frecuentemente usada en las fisuras anales.
El nifedipino (fármaco bloqueante del calcio) tópico se ha mostrado igualmente eficaz para calmar el dolor.
Incluso una inyección de toxina botulínica en el esfínter anal puede reducir el dolor ocasionado por hemorroides externas trombosadas.
Tratamiento quirúrgico de las hemorroides
Ciertos procedimientos quirúrgicos pueden tratar las hemorroides que no han respondido a las terapias anteriores.
Las hemorroides grado 3 o 4 serán más probablemente candidatas a hemorroidectomía que aquellas de menor grado.
Unas hemorroides externas trombosadas pueden ser muy dolorosas, y un tratamiento quirúrgico puede aliviar los síntomas de forma más rápida y eficaz que con el tratamiento médico e higiénico-dietético.
Objetivos del tratamiento quirúrgico
Realizar hemorroidectomía perseguirá tres objetivos principales: extirpar las hemorroides sintomáticas, reducir el tejido que favorece al prolapso y minimizar el dolor y las complicaciones
Postoperatorio de hemorroides
Tras realizar una hemorroidectomía o una hemorroidopexia pueden ocurrir síntomas como dolor e hinchazón, los cuales se pueden abordar con medicamentos locales como nitroglicerina.
Además del dolor, algunas complicaciones del postoperatorio pueden incluir: sangrado, retención urinaria y trombosis de hemorroides externas, o incluso abscesos o peritonitis. En el postoperatorio tardío pueden ocurrir complicaciones como estreñimiento, incontinencia fecal y estenosis.
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